Cristina Maruri, escritora, fotógrafa y pintora
La escritora, fotógrafa y pintora Cristina Maruri publicó en diciembre su última obra literaria, ‘Cuéntame un cuento y llévame a otro lugar’, donde refleja su fascinación “por la belleza, el mundo y el amor”
Hace apenas dos meses has publicado tu cuarto libro, ‘Cuéntame un cuanto y llévame a otro lugar’, una serie de narraciones cortas protagonizadas por mujeres, ¿qué es lo que has querido reflejar en esta obra?
‘Cuéntame un cuento y llévame a otro lugar’, de Ediciones Escondidas, es un libro singular que contiene muchos aspectos de mí. Como toda obra, es una prolongación de su autor. Por eso en este libro estoy yo. Esa fascinación que siento por la belleza, por el mundo, por el amor. La creencia en vivir para cumplir sueños, luchar por ellos. Mi necesidad de movimiento y descubrimiento. De salirse de caminos establecidos y comerciales; seguir el corazón. Es un libro para volar en una alfombra mágica, hacia donde el lector quiera.
Para este libro, igual que para muchas de tus obras, te han servido de inspiración la cantidad de viajes que has realizado alrededor del mundo, ¿qué conclusiones vitales has sacado de estas experiencias en otros países?
Los viajes que realizo son la semilla, el manantial del que bebo y beben mis protagonistas de todas mis obras; incluso en las poéticas. Viajar es desterrar la intolerancia y enriquecer el alma. El aprendizaje tiende puentes y entierra miedos. Nos hace comprender que los seres humanos somos hermanos; similares, y que nuestra mayor diferencia son las oportunidades.
El humanismo y la solidaridad son conceptos muy importantes en tu vida. De hecho, la recaudación de tus obras la dedicas a proyectos sociales, ¿no es así?
Es cierto, soy una defensora a ultranza del hombre y de la humanidad. Y por supuesto, como mujer, de la mujer. No tiene ningún sentido ni razón que continúe estando sometida, relegada y anulada en tres cuartas partes del planeta. Entre todos, hemos de erradicar la mayor y más prolongada esclavitud: la de género. Toda mi obra: literatura, fotografía, pintura etc. es solidaria. Porque todos sus rendimientos desde el minuto cero son empleados en ayudar a los más perjudicados. Entre otras acciones, trato de sacar adelante un orfanato en Kazinga, Uganda Necesitamos mejorar el mundo en la medida de nuestras posibilidades y eso pasa por actuar para que sea más justo.
Eres bilbaína, pero tienes una vinculación muy estrecha con la Margen Izquierda por tu faceta profesional y laboral como abogada, ¿qué destacarías de esta comarca?
Siento devoción y debilidad por la Margen Izquierda, porque la llevo en el corazón. La considero un microcosmos con sus señas de identidad, con su idiosincrasia. Gentes venidas de muchos lugares y diversos mundos, levantando empresas y pueblos, viviendo juntos y en armonía. Lástima que algún día llegue a desaparecer. No solo por su faceta generadora de enorme riqueza, sino porque con ella se morirá una parte de nosotros. Creo que hay que actualizarse, reconvertirse y reconvertirla, pero no prescindir de quiénes somos.
También realizas exposiciones de otra de tus pasiones, como es la fotografía, donde sobre todo, te gusta reflejar rostros de personas, ¿qué es lo que buscas trasmitir en estas imágenes?
Me apasiona la fotografía porque su transmisión es muy rápida y también es muy creativa. Los rostros que llevo a mis exposiciones, la actual en el C.C. Clara Campoamor de Barakaldo (hasta el 28 de febrero), son mapas de todo el mundo, culturas, razas, edades...Trato de alejarnos de nuestro ombligo y empatizar con nuestros semejantes. Hacernos reflexionar sobre la precariedad de sus vidas, de sus nulas oportunidades. Mi mensaje siempre es el mismo: amar, en el sentido amplio de la palabra; es la verdad eterna, una fuente inagotable de felicidad.
Tu acercamiento al arte no termina ahí, ya que también eres aficionada a la pintura, donde plasmas formas y colores brillantes, ¿qué te aporta esta disciplina?
La pintura, al igual que la fotografía y la literatura, son partes de mí. Son maneras de expresar lo que siento y cómo lo siento. De transmitir y conectar con otros seres humanos. En la literatura tal vez sea en donde más me desnudo, en la fotografía trato de concienciar, con una clara intencionalidad de hacernos ver lo privilegiados que somos. La pintura es mi vehículo para llevar luz y color. Hay demasiado gris por todas partes. Pero no nos hemos de olvidar que si observamos cuando llueve, siempre podemos encontrarnos con un radiante y luminoso arco iris.