Javier Díez vuelve a triunfar con su última novela negra: ‘Solas’
Javier Díez Carmona nació en Bilbao en 1969. Es licenciado en Económicas, pero su verdadera pasión es la escritura. Ha sido premiado en más de cien certámenes literarios y en 2021, se confirmó como una de las plumas más prometedoras de la novela negra con ‘Justicia’. Ahora, llega su nuevo thriller: Solas.
¿Cómo pasaste de licenciarte en económicas a dedicarte a la escritura?
Cuando estás terminando los estudios, ir a la universidad parece el paso natural. En mi caso, al menos, fue así. La universidad era como la puerta que abría el camino hacia el futuro, y había que pasar por ella. Yo elegí la facultad más cercana a mi casa, y esa era la de ciencias económicas. Pero ya entonces lo que más me gustaba era escribir. Mi primer premio literario lo gané con diecisiete años. Y aunque tuve aparcada esa afición durante unos años, retomarla ha sido lo más natural del mundo.
Tu recorrido no solo pasa por la novela negra. Tengo entendido que también escribes poesía y teatro. Realmente, ¿por qué género literario te decantas más?
Lo que más me gusta es la novela, sobre todo novela negra. Me gusta el cuento, me gusta su inmediatez, la sensación de tener una historia completa en solo una semana, y las miles de posibilidades que te ofrece para jugar con diferentes estilos y puntos de vista. Pero en una novela puedo desarrollar tramas más complejas, crear personajes más profundos, con su punto de luz y su mucho de oscuridad. Estar meses sumergido en una historia es muy divertido. Y, como ya he dicho, me gusta la novela que escarba un poco en el subsuelo del sistema, la que pone el dedo en la llaga de desigualdades e injusticias, aunque incidiendo siempre en que se trata de obras literarias, de ficciones, lejos de dogmas o apologías.
¿Cuál dirías que es tu mayor fuente de inspiración a la hora de escribir sobre crímenes, secretos y hacer que tus thrillers funcionen?
Supongo que me limito a mirar en torno a mí. La realidad es una fuente inagotable de historias que encajan como anillo al dedo en tramas criminales o de thriller. Por ejemplo, cuando escribí “Justicia” me bastó con echar un vistazo a las consecuencias de la crisis económica de 2.008, y preguntarme cómo era posible que semejante pérdida de poder adquisitivo, de perspectivas y de derechos, no hubiera provocado una respuesta contundente por parte de los perdedores del sistema. Ahí, mi mente truculenta comenzó a inventarse una respuesta (y a sembrar Bilbao de cadáveres, todo sea dicho).
¿Cómo surgió la idea de escribir la historia de tu última novela, ‘Solas’?
La novela surge de un paisaje, el Valle de Karrantza visto desde el mirador de las cuevas de Pozalagua. Y de una pregunta que se repite constantemente: “Y no te da miedo vivir aquí sola.” Viendo aquel paisaje de caseríos dispersos envueltos en la niebla comencé a imaginar a mujeres solas viviendo en alguno de ellos. Y a depredadores tratando de aprovecharse de esa soledad. A final, lo que subyace entre sus páginas es una denuncia de ese machismo que nos impide imaginar que una mujer pueda decidir vivir sola en un caserío aislado, regresar sola a su casa un sábado por la noche, coger un avión para irse de vacaciones acompañada solo de su mochila. Tratamos de proteger a la mujer limitando su libertad en vez de educar al hombre en el respeto y la igualdad. De alguna manera, llegamos a pensar que ella tendrá parte de culpa de lo que le pueda suceder por andar sola por ahí. Un tipo de machismo que quería denunciar.
¿Como te organizas a la hora de escribir?, ¿te sientas con la historia más o menos pensada y cerrada o las ideas van y vienen mientras escribes?
No, cuando me siento delante de la página en blanco del Word prácticamente no tengo ninguna idea. Parto de una base, en el caso de Solas, un paisaje, y la historia comienza a desarrollarse poco a poco. Cada día me acuesto dándole vueltas al capítulo siguiente, y así voy avanzando. A trompicones, y cometiendo muchos errores, pero es la única forma divertida de escribir que conozco. Luego, por supuesto, el proceso de revisión me lleva mucho más tiempo.
¿Dirías que ‘Justicia’ fue un punto y aparte en tu carrera como escritor?
Sí. Hasta entonces había publicado dos novelas juveniles (“La casa de los gentiles” y “La gruta del diablo”), y dos novelas negras con editoriales modestas (“Correr a Ciegas” y “E-King”), pero apenas tuvieron ninguna repercusión. El salto a Grijalbo, a un grupo como Penguin Random House,ha sido un cambio brutal en todos los sentidos. Las novelas están teniendo muchos más recorrido y están llegando al público. Y he encontrado un estilo en el que me siento cómodo y un personaje con el que me llevo bien, algo que está teniendo reflejo en las opiniones de quienes las han leído.
¿Qué podemos esperar ahora de la novela ‘Solas’?
En Solas os vais a encontrar una historia de misterio en un entorno tan mágico como es la comarca de las Encartaciones. Hay dos protagonistas que, desde puntos de partida diferentes, comienza a interesarse por el paradero de mujeres que, aparentemente, han dejado la comarca para mudarse a otros lugares. Claro, todo empieza a complicarse, y a estas desapariciones se suman otras más lejanas en el tiempo, con lo que la trama se va acelerando para adquirir el ritmo de un thriller que, espero, mantenga en tensión a quien lo lea.
Tu última novela está entre las tres más vendidas en las librerías. ¿Cómo te tomas esta noticia?
Una vez terminada una obra, siempre quieres que llegue a la mayor cantidad de personas posible. Pero no contaba con que Solas tuviera tan buena acogida, ni mucho menos que la editorial tuviera que reimprimirla solo tres semanas después de que saliera a la venta. Ahora mismo casi ni me lo creo. Y no tengo palabras para expresar lo agradecido que estoy a todas y a todos quienes lo estáis haciendo posible. Gracias.
Has sido premiado en más de cien certámenes literarios. ¿Cuál es tu siguiente objetivo con lo que respecta a la escritura?
Mi único objetivo ahora mismo es seguir disfrutando mientras escribo, y seguir compartiendo mis historias con vosotras. Si lo consigo, si logro que me sigáis leyendo y, de vez en cuando, provocaros un breve escalofrío cuando os escondéis con mi novela debajo de las sábanas, podré darme por satisfecho.