La Fuente del Perro es un tesoro escultórico en el Casco Viejo de Bilbao
La Fuente del Perro se ubicada en el Casco Histórico de Bilbao, concretamente en la calle del Perro. Si bien puede no parecer tan espectacular como contemplar una catedral o un palacio, es un lugar que merece una visita.
En el pasado era utilizada como abrevadero para los animales que eran llevados al mercado y en el año 1800 se sumaron tres caños con forma de cabeza de león y que se cree que las personas confundían con perros. El diseño definitivo de la fuente, de estilo neoclásico, fue obra de Juan Bautista de Orueta y Miguel de Maruri.
Historia de la Fuente del Perro
La fuente del Perro se encuentra en la esquina con Bidebarrieta, en plena calle del Perro. En el pasado este lugar era conocido como la calle San Miguel y a la fuente se la conocía como Chorros de San Miguel, en relación a la torre de San Miguel o de Larrinaga, que se encontraba en la cabecera de la Plazuela de Santiago, construida en el siglo XV por los Larrinaga y que luego paso a manos de la familia Victoria de Lecea. Esta torre contaba con una imagen de San Miguel en la entrada.
En el año 1800 la antigua fuente fue renovada y se le sumaron cabezas de león con adornos egipcios. Las personas que veían la fuente creían que estas cabezas eran de perro y como en el año 1850 la torre de San Miguel fue derribada, la calle empezó a ser llamada calle del Perro y a la fuente comenzó a conocérsela como Fuente del Perro.
Los responsables de esta reforma fueron el arquitecto municipal Juan Bautista Orueta en colaboración con Miguel de Maruri.
Características de la Fuente del Perro
La calle del Perro es una callejuela estrecha y tradicional típica del Casco Viejo de Bilbao. En la esquina de esta calle, justo antes de cruzarnos con la calle Posta, nos encontramos con la fuente del Perro.
La fecha exacta de su construcción es desconocida, solo se sabe que en el año 1800 fue reparada por el arquitecto Juan Bautista de Orueta y por Miguel de Maruri.
La Fuente del Perro es una obra de diseño francés. Cuenta con un aparejo de sillería y una estructura de pantalla bastante sencillo. Sin embargo, pese a su simpleza, destaca por una decoración inusual.
La pantalla cuenta con una arquería triple de arcos de medio punto con dovelas ornamentadas con palmetas. Estos arcos se encuentran rebajados y cuentan con surtidores con prótomos de león broncíneos de estilo egipcio. El pilón es la recreación arqueológica de un sarcófago romano de estrígilos.
El remate de la fuente es un frontón triangular en el cual se encuentra una placa donde se puedes leer el año de su construcción: Año de MDCCC.
Aunque aparenta bastante sencillez, su diseño exótico y singular la convierten en la fuente más curiosa de Euskadi.
Leyendas del origen del nombre de la Fuente del Perro
Existen dos leyendas que explican el origen del nombre de la Fuente del Perro, una de las muchas paradas obligadas de cualquier persona que visite Bilbao. Las historias son hilarantes y buscan explicar el misterio que resalta en esta pieza arquitectónica del Casco Viejo.
Primera leyenda
La fuente del Perro no tiene perros en sus surtidores, sino leones. Sin embargo, los bilbaínos de los años 1800 no habían visto un león en sus vidas y, por ende, no sabían ante qué figuras se encontraban al utilizar la fuente. Debido a tal falta de información y siguiendo la lógica, decidieron bautizarla como La Fuente del Perro.
Esta es la leyenda más extendida y la que más cuentan los guías turísticos. Sin embargo, su veracidad queda en entredicho. Primero, cuesta creer que las personas de aquella época no conociesen los leones y es que estos fieros animales se encontraban presentes en gran variedad de escudos. Y segundo, no era solo un león, sino tres. Por lo tanto, ¿por qué llamarla como fuente del perro?
Segunda leyenda
La segunda leyenda narra una historia que tiene como principales protagonistas a un bilbaíno, un león y una bilbainada.
Cuenta la historia que el dueño de una casa ubicada en la calle del Perro decidió esculpir un gran león de piedra como guardián de su morada. Después de esta decisión, el pueblo empezó a llamarlo ‘El perro’, no se sabe si para reírse de la ostentosidad del dueño o por el mal trabajo de esculpido. Se cuenta que la burla fue tal que la calle tomó ese mismo nombre y, posteriormente, lo tomaría también la fuente por su ubicación y conexión con el relato.
Por tanto, resulta difícil conocer el origen del nombre tan curioso de esta fuente de estilo neoclásico, pero dichas leyendas enriquecen la historia de este lugar.
¿Dónde está la Fuente del Perro?
La fuente del perro se encuentra en pleno corazón del Casco Viejo, por lo que se puede llegar fácilmente andando o desde cualquiera de los medios de transporte que dejan junto al Casco Viejo. Después, hay que buscar la calle del Perro, en el cruce con la calle Bidebarrieta.